Anomalía (2019)

En el año 2048, María Ana enfrenta su vejez sumida en una soledad que solo parece aliviarse mediante los avances tecnológicos de Memorias Corp. Esta corporación pionera ha desarrollado un sistema revolucionario que permite a las personas sumergirse en recuerdos específicos de su pasado mediante interfaces neurocientíficas. Cada jornada, la mujer visita meticulosamente las instalaciones para reencontrarse con Alesandro, su difunto esposo fallecido años atrás por una enfermedad terminal. Dentro de estos espacios virtuales, reconstruye minuciosamente aquellos instantes que compartió con el amor de su vida, desde simples conversaciones domésticas hasta momentos culminantes de su relación. La existencia de María Ana gira en torno a estas sesiones de realidad reconstruida, donde las fronteras entre el presente y el pasado se desdibujan progresivamente. Su búsqueda constante por recuperar momentos perdidos con su esposo fallecido se convierte en una rutina existencial que estructura sus días. Sin embargo, esta frágil estabilidad se fractura cuando ocurre una falla catastrófica en los servidores centrales de Memorias Corp. La anomalía tecnológica no solo interrumpe las sesiones, sino que corrompe irreversiblemente los archivos mnémicos de todos los usuarios. Al descubrir que ha perdido todo acceso a sus recuerdos con Alesandro, la realidad de María Ana se transforma radicalmente. La desaparición de esos fragmentos reconstruidos de su historia compartida la sumerge en un vacío existencial aún más profundo que la viudez original. La imposibilidad de revivir recuerdos con su esposo fallecido mediante tecnología neurocientífica la confronta con una versión alterada de su propia biografía, donde las huellas de su amor parecen haberse esfumado por completo. Esta crisis de memoria artificial plantea interrogantes fundamentales sobre la naturaleza del duelo en la era digital y la fragilidad de las identidades construidas sobre recuerdos tecnológicamente mediados..