El 47 (2024)

En el corazón de la Barcelona de 1978, una mentira institucional amenazaba con mantener aislado el distrito de Torre Baró. Mientras el Ayuntamiento insistía en que los autobuses no podían ascender por las empinadas cuestas del barrio, los residentes sufrían las consecuencias del abandono administrativo. En este contexto de marginación urbana surge la figura de Manolo Vital, un conductor de transporte público común cuya determinación desencadenaría uno de los movimientos sociales más significativos de la transición española. La protesta del autobús 47 comenzó cuando Vital decidió desafiar las limitaciones impuestas, tomando el control de su vehículo para demostrar que sí era posible conectar Torre Baró con el resto de la ciudad. Este acto de desobediencia civil pacífica rápidamente se transformó en un símbolo de resistencia comunitaria, galvanizando a los vecinos que durante años habían padecido la desconexión de servicios esenciales. Lo que inició como una reivindicación de movilidad se convirtió en un movimiento ciudadano que cuestionaba las políticas urbanísticas de la época. La lucha del barrio de Torre Baró representa un capítulo fundamental en la historia del activismo vecinal español, donde la perseverancia de la clase trabajadora logró redefinir el desarrollo urbano barcelonés. Esta gesta colectiva no solo mejoró las condiciones de vida en los suburbios, sino que reivindicó el orgullo de pertenencia y demostró el poder transformador de la organización comunitaria. El legado de esta rebelión ciudadana perdura en la Barcelona contemporánea, recordando cómo la determinación popular puede alterar el curso del diseño urbano y fortalecer la identidad de los barrios marginados..