No estamos solos (2016)

Cuando los Henderson abandonan la ciudad para comenzar una nueva vida en una apacible casa victoriana, desconocen que su búsqueda del hogar perfecto despertará fuerzas ancestrales. La propiedad, con su fachada impoluta y jardín meticulosamente cuidado, esconde en sus cimientos una historia de rituales prohibidos que pronto se manifestará a través de fenómenos inexplicables. Lo que inicia como sutiles golpes en las paredes y objetos desplazándose solos rápidamente escala hacia manifestaciones corpóreas que atormentan particularmente a la hija menor, cuya habitación se convierte en epicentro de la actividad paranormal. Las entidades que habitan la residencia no se limitan a meras apariciones esporádicas, sino que desarrollan una comunicación sistemática a través de mensajes escritos en los espejos y temperaturas que descienden hasta lo gélido en pleno verano. La situación alcanza su punto crítico cuando marcas de garras aparecen en los cuerpos de los habitantes y voces susurrantes recitan profecías ancestrales durante la noche. La familia, al borde del colapso emocional, recurre al padre O'Malley, un sacerdote con experiencia en fenómenos sobrenaturales que reconoce inmediatamente los signos de una infestación demoníaca. El ritual de liberación que el religioso ejecuta en la vivienda no produce los efectos esperados, sino que desencadena una serie de revelaciones sobre el verdadero propósito de las entidades: no buscan posesión sino completar un sacrificio interrumpido décadas atrás. Los sucesos paranormales violentos en la casa victoriana encuentran su explicación en antiguos diarios ocultos tras los muros, mientras el sacerdote descubre que su intervención ha activado un mecanismo mucho más siniestro de lo imaginado. La batalla espiritual se transforma entonces en una carrera contra el tiempo para descifrar los secretos de la propiedad antes de que el ciclo sacrificial se consume, revelando que algunas puertas, una vez abiertas, no pueden volver a cerrarse..

Δεν είμαστε μόνοι We Are Not Alone