Nobody Dumps My Daughter (2024)

En las tensiones de un suburbio aparentemente tranquilo, Mary descubre que su hija Theresa ha sido abandonada por Jimmy, desatando una tormenta de emociones maternas que rápidamente se transforman en obsesión patológica. Lo que comienza como intentos desesperados por reconciliar a la pareja -desde manipulaciones emocionales hasta sobornos directos- evoluciona hacia un oscuro descenso a la criminalidad cuando todos los métodos convencionales fracasan. La protagonista, una mujer de mediana edad que siempre ha controlado cada aspecto de la vida familiar, se enfrenta al colapso de su autoridad cuando su hija muestra signos de seguir adelante. La trama se desarrolla como un thriller doméstico donde los límites entre el amor maternal y la posesión enfermiza se difuminan peligrosamente. Mary, impulsada por la creencia de que nadie puede lastimar a su hija sin consecuencias, cruza líneas que nunca imaginó traspasar. Su búsqueda por encontrar un asesino a sueldo la introduce en círculos criminales que contrastan brutalmente con su vida ordenada de clase media. Mientras tanto, Theresa comienza a sospechar que las desgracias que persiguen a su exnovio podrían estar conectadas con la sobreprotectora figura materna. Este drama criminal explora cómo el instinto de protección puede corromperse hasta convertirse en violencia calculada, presentando un retrato escalofriante de hasta dónde puede llegar una madre para vengar el despecho de su hija. La narrativa mantiene suspenso constante mientras los planes de la protagonista se desarrollan con imprevisibles consecuencias, entrelazando destinos en una espiral de mentiras y decisiones irreversibles que cuestionan los fundamentos mismos del amor familiar..