Que nadie duerma (2023)

En las calles de Madrid, una programadora desempleada encuentra una insólita redención al volante de un taxi. Lucía, cuya existencia había estado dominada por códigos y algoritmos, descubre en el asfalto una nueva forma de libertad. Cada curva, cada semáforo, se convierte en una oportunidad para reinventarse lejos del mundo digital que la despidió. Pero su conducción esconde un propósito más profundo: la búsqueda obsesiva de un hombre cuya voz operística resonó en su alma durante un encuentro fugaz. Las noches se transforman en una cacería melodiosa donde cada pasajero podría ser la clave para reencontrar a ese actor de teatro cuya pasión por Puccini y Verdi los unió brevemente. Lucía teje hipótesis sobre su vida, imaginándolo entre bastidores, ensayando papeles trágicos mientras tararea arias que ahora ella reproduce en su vehículo. Su taxi se convierte en un escenario móvil donde cada cliente representa un acto en esta búsqueda quijotesca. Mientras recorre la ciudad, desde los teatros del centro hasta los barrios periféricos, la realidad y la fantasía comienzan a entrelazarse peligrosamente. Las calles iluminadas por neones se convierten en un laberinto de esperanzas y decepciones, donde cada figura solitaria en una parada de autobús podría ser el protagonista de su drama personal. La búsqueda de un amor ideal se transforma gradualmente en una exploración de los límites entre el deseo y la obsesión, entre la conexión auténtica y la proyección imaginaria, en una ciudad que nunca duerme..