Restos de viento (2017)

En el corazón de un pueblo mexicano, la casa de Carmen guarda silencios que hablan más fuerte que las palabras. A sus 39 años, cada amanecer trae la misma rutina meticulosa: cuatro platos dispuestos sobre el mantel bordado, aunque solo tres serán utilizados. Daniel, de siete años, y Ana, de diez, han aprendido a convivir con esa silla vacía que su madre insiste en mantener. La partida de la abuela hacia tierras lejanas marca el inicio de una nueva etapa, donde la ausencia se convierte en la presencia más palpable entre las paredes de la vivienda. Las explicaciones de Ana a sus amigas revelan el misterio familiar: ese cuarto plato permanece intacto esperando el regreso del padre. Mientras los niños navegan su infancia entre preguntas sin respuesta, Carmen inicia su vigilia nocturna. Las madrugadas la encuentran instalada en la sala, con la mirada fija en la puerta principal como si esperara que en cualquier momento girara la cerradura. Daniel descubre estas escenas silenciosas, aprendiendo que el amor también se expresa mediante la espera obstinada. El drama familiar se desarrolla entre susurros y miradas elocuentes, donde cada personaje enfrenta la ausencia a su manera. Ana construye explicaciones fantásticas, Daniel observa con inocencia lastimada, y Carmen teje su existencia alrededor de una promesa no dicha. Las noches de vigilia en la sala se convierten en ritual, mientras el viento mece los árboles del patio como recordatorio de que algunas despedidas nunca terminan de decirse. En este hogar donde la espera se ha convertido en habitante permanente, cada amanecer renace la posibilidad de que este sea el día del reencuentro..