Si me pasara algo, os quiero (2020)

En el silencio que dejó la partida de su hija, Ana y Miguel descubren que el dolor tiene su propia geografía. Su hogar, antes lleno de risas adolescentes, se transforma en un laberinto de recuerdos donde cada objeto cuenta la historia de una vida interrumpida. La película explora el proceso de duelo tras una pérdida familiar a través de escenas que capturan la paradoja de seguir viviendo cuando alguien esencial ha desaparecido. Mientras Ana busca consuelo en las pertenencias de su hija, Miguel se refugia en el trabajo, creando una brecha emocional que parece insalvable. La narrativa profundiza en cómo diferentes personas enfrentan el dolor, mostrando momentos de tensión silenciosa durante cenas que antes eran alegres y mañanas que ahora carecen de propósito. A medida que avanzan los meses, ambos padres comienzan a percibir señales misteriosas que interpretan como mensajes de su hija, llevándolos a cuestionar si realmente la han perdido por completo. Esta búsqueda de significado en la tragedia los lleva por caminos inesperados, donde deberán decidir si el amor puede trascender incluso la muerte. La película representa una conmovedora reflexión sobre el duelo parental que examina cómo las familias se reconstruyen después de lo irreparable, mezclando realismo mágico con escenas cotidianas que retratan la complejidad de sanar heridas que nunca cerrarán completamente..