Sweet Dreams (2023)

En la apacible ciudad costera de Crescent Bay, la relación entre Curtis Monroe y Melody parecía tejida con hilos de perfección. Él, un arquitecto emergente con un carisma que iluminaba habitaciones; ella, una violinista cuyo talento trascendía lo ordinario. Su vida transcurría entre cenas románticas y paseos al atardecer, hasta que una noche todo cambió cuando Melody comenzó a experimentar una conexión psíquica única con los sueños de Curtis. Lo que inicialmente fueron visiones de paisajes idílicos y recuerdos compartidos, gradualmente se transformó en un portal involuntario hacia sus fantasías más oscuras. La trama se desarrolla cuando Melody descubre escenas oníricas recurrentes donde Curtis interactúa con sombras femeninas en escenarios que jamás habían compartido. Estas visiones nocturnas se intensifican, revelando encuentros íntimos con una colega de trabajo cuya presencia en la vida real de Curtis parece demasiado cercana para ser casual. El conflicto central explora cómo la capacidad de ver sueños ajenos se convierte en una maldición cuando las visiones confirman sistemáticamente las infidelidades de su pareja. Mientras Curtis mantiene una fachada de normalidad durante el día, Melody se sumerge en un laberinto de desconfianza y paranoia, cuestionando cada mirada, cada mensaje de texto, cada llegada tarde a casa. La narrativa profundiza en el deterioro psicológico de una mujer atrapada entre la realidad y las visiones oníricas, explorando si confrontar a su pareja con estas evidencias intangibles destruiría lo que queda de su relación. El drama alcanza su clímax cuando los límites entre vigilia y sueño comienzan a difuminarse, planteando si algunas verdades están mejor ocultas en el mundo de los sueños o si la claridad mental, aunque dolorosa, representa el único camino hacia la libertad emocional..